Cultiva la autoconfianza
Se ha escrito mucho sobre la autoconfianza. Si nos quedamos en la definición básica de lo que significa, hablaremos de que es confiar en uno mismo. Si nos paramos a pensar sobre lo que supone confiar en uno mismo nos llevará a una reflexión más profunda. La autoconfianza es la base para mostrarnos como realmente somos y no como quién “creemos” que somos. Por ello, para elevar la confianza, lo primero que hemos de hacer es creer en nosotros mismos. “Sé quien realmente eres y no quien crees que eres”.
En épocas de crisis como la que estamos atravesando, es más habitual que nuestro ego se vea dañado y nos exijamos más. Cuando nos sentimos abrumados por la situación, aparecen las inseguridades, los miedos… ¿Qué ocurre cuando te sientes inseguro?
La falta de autoconfianza hace que no nos sintamos orgullosos de nuestras acciones ni de nosotros mismos. Nos surgen los miedos, bloqueos. Miedo al qué dirán, miedo a fallar, miedo a no pertenecer, miedo a ser vulnerable. Es como si no nos mereciésemos tener éxito, ni ser reconocidos por el trabajo que realizamos.
¡Qué fácil es decir lo que debemos hacer para confiar y qué difícil llevarlo a la práctica!
Aún así voy a compartir con vosotros algunas claves para elevar la confianza en nosotros mismos.
- Céntrate en ti mismo. Deja de pensar que los demás son mejores que tú. Para ello, piensa en cuáles son tus fortalezas y habilidades, aquellas que te han permitido alcanzar los logros en tu vida. ¿Cómo fue aquella situación en la que estuvieron presentes? ¿Cómo me sentí? Si te tomas tu tiempo para pensar en ellas, sentirás que te empoderas.
- Muéstrate como eres. Evita “Máscaras” y sé transparente. Así conseguirás recibir ayuda cuando realmente la necesitas. Cuando consideras que has de agradar siempre a los demás, te genera una sensación de preocupación constante que consume toda tu energía. En ocasiones te lleva a hacer cosas que no te imaginarías. Haz las cosas para agradarte a ti. Lleva a cabo las iniciativas en el modo que consideras adecuado tú.
- Afronta los temas con valentía aunque eso te genere un cierto grado de ansiedad. Ten coraje y actúa de acuerdo a tus valores.
- Evita la crítica hacia los demás – Poner el foco en los demás en el corto plazo te hace sentir mejor. Sin embargo, nos lleva a realizar comparaciones que lo que consiguen es acelerar nuestros pensamientos reactivos. Al comparar, ponemos límite a todo aquello que nos proponemos.
- Practica la Asertividad.- Evita decir que SI cuando realmente quiere decir que NO. Al decir que SI, acabas renunciando a lo que deseas. Para aumentar tu nivel de satisfacción y el convencimiento de que tus acciones tienen valor o bien son las adecuadas, practica el NO. El otro día un cliente me comentó que de forma reiterada una compañera le pedía ayuda con constantes interrupciones. A la hora de finalizar la jornada laboral, esta persona salió puntualmente del trabajo mientras que él se tuvo que quedar para poder realizar aquellas prioridades que a ella le competían. Le invadía cada día un sentimiento de estrés, incompetencia y frustración. ¿Qué necesitaría hacer para ayudar sin dejar de cumplir con tu cometido?
- Como dice Miguel Ruiz en su libro de los 4 acuerdos, “no te tomes nada personal”. Cuando cometemos errores es normal pensar en el “qué dirán” de mí. Para evitar que este pensamiento te invada y te llene de preocupación, no hagas juicios. Chequea las acciones que te han llevado a pensar así. La solución no es castigarte por tus errores. Lo único que puedes conseguir en este caso es: hacerte pequeñ@, crearte inseguridades y poco a poco autodestruirte. Cuando recibimos feedback negativo, acabamos poniendo en juicio todo lo que hacemos. Hemos de entender que se trata de un error puntual, generalizar no es una buena opción. Pon el foco en lo que puedes hacer para remontar la situación y no te castigues (“Soy…”) El feedback negativo no tiene que ver con quién tu eres sino con tus acciones.
- Evitar el conflicto, te impide tomar tus propias decisiones y tomar responsabilidad.
- Cuando te venga un momento de bajón, obsérvate. ¿Cómo es tu posición corporal? El cuerpo también habla y evidencia tu estado de ánimo. Prueba a ponerte delante de un espejo en un momento bajo, en el que muestres inseguridades. ¿Cuál es tu postura? Imaginemos que te sientes algo compungido. Tus hombros están bajos, tu mirada cabizbaja,… Mírate de nuevo al espejo y adopta una postura erguida, mírate a la cara y ponle una sonrisa. ¿Qué ha cambiado? ¿Cuáles son tus sensaciones ahora?
Para elevar la autoconfianza y la motivación, no te castigues, no cuestiones tus acciones y busca soluciones.
Haz que haya equilibrio en la balanza entre pensar en los demás y satisfacer tus propias necesidades. Hazlo siendo respetuoso contigo mismo y con los que te rodean.
¿Qué acción vas a emprender para elevar tu autoestima?
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!