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El poder de una simple respuesta en el liderazgo eficiente

En mi post “liderazgo en entornos inciertos” hablaba del estilo de liderazgo a adoptar en el momento actual, centrado en las personas que potencia su desarrollo y colaboración para alcanzar los resultados de forma colectiva. Un liderazgo empático y humano basado en las relaciones, para trabajar de forma colaborativa.

Si nos centramos en las cualidades humanas del líder, apreciaremos que hay pequeñas cosas que le ayudan a tener un liderazgo diferencial. Algo tan simple como dar respuesta a los temas que se plantean en el día a día.

Para hacer sentir a tu equipo valorado, respetado y motivado, es importante escuchar y tener presente a todos los integrantes por igual. Hay que generar conexión.

Por ello, es importante no dejar de responder a sus solicitudes de feedback, a una opinión aportada, a nuevas ideas planteadas, a una simple pregunta o petición… Asegúrate que la conexión con el equipo se mantiene viva, de forma rigurosa y constante.

y… ¿Cómo conseguir que mi equipo se sienta escuchado y conectado especialmente en este momento de distanciamiento físico y social en el que los mensajes se multiplican de forma exponencial?

El gran número de mensajes que recibimos cada día no hace de esta una tarea fácil. Dar una respuesta a tiempo es clave.  

Estamos en la era de la inmediatez, las redes, y los diferentes medios digitales han hecho que sintamos la necesidad de recibir respuestas de forma inmediata y no siempre es posible. Para poder abordar un tema de forma efectiva, coinciden varios condicionantes: Además del tiempo de respuesta, también tendrán incidencia la profundidad del tema y la cantidad de trabajo y prioridades que se estén tratando. Cuando un tema es importante, puede requerir la consulta a otras personas, podemos necesitar contrastar información, averiguar datos relacionados, …

Por ello, bajo la premisa de que es preciso responder, no siempre las respuestas deberán ser completas. Si no vas a tener tiempo de dar una respuesta profunda sobre el tema en cuestión, puedes responder con un simple acuse de recibo, un mensaje para indicar que lo tratarás más adelante… Esto te permitirá mantener la relación viva y un sentimiento de conexión elevado con las personas de tu entorno.

La no respuesta, en ocasiones, más de las que nos pensamos, nos puede llevar a hacer suposiciones. Cuando ocurre esto, somos capaces de crear en nuestra cabeza historias inimaginables que, en muchas ocasiones, están muy alejadas de la realidad. Podemos llegar a pensar que el tema planteado no es del interés del receptor.

Os recomiendo la lectura de “Los cuatro acuerdos  de Miguel Ruiz” En él menciona las “suposiciones” como el tercer de los 4 acuerdos para ser feliz. (Los Cuatro Acuerdos son: Sé impecable con tus palabras; No tomes nada como personal; No adivines ni supongas y Haz siempre lo máximo, lo mejor que puedas).

Las suposiciones nos llevan a hacer una interpretación de los hechos que acostumbra a ser negativa y nos despierta emociones que nos contaminan. Tendemos a pensar que lo que suponemos es cierto. Hacemos que un pequeño tema se convierta en algo mayor y preocupante para nosotros. Cuando descubrimos la realidad, nos damos cuenta de lo alejados que estábamos de una interpretación real. Nuestra imaginación nos lleva a vivir los temas de forma equivocada y permitimos que nos generen una angustia, que nos conduzcan  a un sufrimiento innecesario.

Por ello la no respuesta es especialmente dolorosa.

Es preciso evitar la suposición y pedir una respuesta, una aclaración. De este modo potenciamos la conexión emocional.

¿Qué impacto tiene en ti que alguien no te responda? ¿Te sientes ignorado, despreciado, ninguneado?

Con una simple respuesta, podemos contribuir en un menor número de suposiciones entre los miembros de nuestros equipos. Una respuesta, además, ayuda a poner en valor el trabajo que se está llevando a cabo y en consecuencia genera motivación que es el motor para alcanzar mayores logros.

Dando respuesta a las personas del equipo, les haces sentir que estás presente y consigues elevar su motivación y las pones en valor a ellas y a sus contribuciones. Además potencias la relación y colaboración. Los buenos líderes siempre lo hacen.

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