Vacaciones

Vacaciones – Momento de desconexión

Se acerca uno de los momentos más esperados del año; las vacaciones. Algunos ya las estaréis disfrutando y otros esperando con ilusión su llegada.

Las vacaciones son el período del año en el que podemos disfrutar de las personas queridas, disponer de tiempo para hacer aquellas cosas que nos gustan y que nunca conseguimos hacer.

Durante el año se hace difícil buscar el equilibrio entre nuestras vidas personales y profesionales. Por ello es necesario pasar algunos días fuera de la oficina. El trabajo absorbe gran parte de nuestras vidas, pero recordemos que “no todo es trabajo”. Es importante pero hay otras cosas que también lo son en nuestras vidas.

Las vacaciones son necesarias para “recargar pilas”, para disponer de tiempo para disfrutar, para divertirse y reducir estrés.

No siempre es fácil separarte de tus obligaciones profesionales, especialmente si eres una persona a la que se le exige mucho. Este es un buen momento para trabajar la confianza y dejar que las personas de tu equipo se responsabilicen de la situación.

Nuestras vidas nos exigen mucho cada día: el trabajo, la familia, nuestras preocupaciones personales, nuestros compromisos. Por ello es necesario tomarnos un respiro de vez en cuando.

Este año ha sido especialmente difícil hemos tenido que hacer frente a una nueva forma de trabajar que ha hecho que en ocasiones nos viésemos desbordados. Por ello, todavía es más importante disponer de tiempo para desconectar y descansar.

Las vacaciones acostumbran a ir acompañadas de eventos, encuentros y actividades que te permiten desconectar y también sociabilizar. Es un período con tiempo para la diversión y el disfrute.

En ocasiones se nos hace difícil decidir cuándo tomar vacaciones. En algunas compañías, este período coincide con una bajada de actividad. En este caso, es más fácil tomarse unos días para descansar sin sufrir por lo que dejas atrás. Sin tener un sentimiento de culpa por abandonar. Es importante disfrutar de ellas y dejar de pensar que nunca es un buen momento.

A pesar de que en este momento de pandemia las opciones se han reducido, siempre hay una fórmula única y exclusiva para disfrutar. Busca la fórmula que te permita desconectar más.

Es el momento de encontrar un equilibrio entre cuerpo, mente y alma.

Durante el período vacacional, haz las cosas por ilusión y no por obligación.

Algunas claves que te pueden ayudar:

  • Haz cada día cosas que te agraden: leer, pasear, viajar, …
  • Abraza la espontaneidad. Se flexible. No hagas planes “encorsetados” que te generen estrés. Acepta los cambios que puedan surgir sobre lo previamente planificado.
  • Mantente activo. Busca aquellas actividades que te hagan sentir bien y te mantengan saludable.
  • Reduce el tiempo de conexión tecnológica. Menos tiempo de pantalla y más tiempo para realizar otro tipo de actividad y sociabilizar (en la medida de lo posible hoy)
  • Confía en tu equipo y sus capacidades. Si es posible, desconecta tus dispositivos de trabajo y asegúrate de tener los contactos mínimos y precisos.

Cuando vuelvas al trabajo tu energía habrá cambiado. Cuanto mejor nos sentimos, mejores resultados ofrecemos.

Tomar vacaciones es vital para un buen equilibrio en nuestras vidas. Está demostrado que las personas después de sus vacaciones se sienten más felices y son más productivas.

Después de unas buenas vacaciones, cuando vuelves al trabajo estarás más motivado, comprometido y serás más productivo.

¡Disfruta del verano!

El impacto del perfeccionismo en nuestro liderazgo

El perfeccionismo acompaña a muchas personas a lo largo de sus vidas, consiguiendo que se sientan desbordados por un exceso de actividad.

La persona perfeccionista necesita trabajar por y para la excelencia, con independencia de cuál sea el tema. Sea un gran proyecto o una pequeña tarea, siempre espera obtener el mejor resultado. La creencia de un perfeccionista es que su valía depende de un desempeño excelente.

¿Cómo vive la nueva realidad un perfeccionista?

El momento actual en el que los temas se suceden a gran velocidad, la inmediatez es esencial, la virtualidad ha provocado un incremento en el número de reuniones a las que asistir, los mails nos desbordan, el chat nos invade, y nadie tiene paciencia, provoca en este tipo de personas una sensación de burnout, estrés y ansiedad. Esta situación no le permite cumplir con el alto nivel de desempeño y excelencia que desean.

Su resultado ha de ser siempre de 10. Siempre ha de estar informado de todo para que nada se le escape. El nivel de control que necesita tener un perfeccionista es del 100%. Por ello, su nivel de estrés, (generado por él mismo) es muy elevado.

Se muestra ante los demás como una persona serena que puede con la situación sin perder la calma. Si bien, realmente no es así.

¿Cuáles son sus verdaderos sentimientos?:

  • Culpa. Sentimiento de que podría haber hecho más.
  • Frustración. Si no alcanza la excelencia deseada.
  • Inseguridad, insatisfacción: Si no hace el 100% no se considera suficientemente válido. Se compara constantemente con los demás.
  • Estrés. Se exige demasiado. Ejerces una presión extrema sobre si mismo. No se permite dejar de hacer ni un solo detalle.

Como amante del trabajo bien hecho y la necesidad de control, decide hacer todo por sí mismo. Le da seguridad. Se le hace difícil delegar y acaba siendo muy resolutivo.

¿Qué mueve a un perfeccionista?

  • El Miedo al fracaso. NO acepta fallar. Las expectativas son tan altas que nunca siente que deba celebrar los éxitos. De hecho, su autoexigencia no le permite reconocer el buen desempeño. Ha de tener la seguridad de que da la talla ante los demás.
  • Miedo a decir que NO. Acepta cada tarea que se le encomienda.
  • Miedo a ser rechazado. A que le digan que no.
  • Miedo a sentir emoción. No puede permitirse venirse abajo. Se ha de mostrar seguro y firme ante sus retos.

Todo ello tiene un impacto negativo en la productividad y en la calidad de las relaciones.

¿Cómo hacer que ese perfeccionismo ofrezca resultados eficientes a largo plazo?

Ser consciente de las cualidades que ya tiene y aprovecharlas:

  • Orientación a una mejora continua
  • Compromiso
  • Persistencia
  • Motivación
  • Responsabilidad
  • Orientación a resultados
  • Integridad

Son semillas hacia un liderazgo visionario. Semillas que se tendrán que abonar para que los resultados obtenidos pasen a ser sostenibles en el tiempo y con una mirada a largo plazo.

Una prioridad del perfeccionista; Pedir ayuda, Confiar y no perderse en los detalles.

En ocasiones, el hecho de pedir ayuda es visto por un perfeccionista como un signo de debilidad, le hace sentir que no es la persona adecuada, o que le falta experiencia, no quiere que vean que no tiene respuestas. La persona perfeccionista le gusta mostrar que tiene el control y que puede hacerlo todo.

Sin embargo, visto de modo general, pedir ayuda es simplemente reconocer que eres humano y que en momentos puntuales necesitas pedir apoyo.

¿Qué impacto tiene el perfeccionismo en el Liderazgo?

Los grandes líderes entienden que querer hacerlo todo con un alto nivel de exigencia, no les va a permitir gestionar el tiempo de forma adecuada, ni adecuar su energía y capacidades para realizar los temas con efectividad y ofrecer un buen desempeño a largo plazo de forma colaborativa.

Pedir ayuda potencia la co-responsabilidad. El buen líder no siempre tiene respuestas a todo pero sabe dónde encontrarlas. El líder visionario crea espacios de confianza. Confiar, te permite dar con las personas adecuadas para realizar las diferentes tareas. Ello contribuye a la motivación de los colaboradores por haber sido tenidos en cuenta y haber confiado en sus capacidades. Se debe saber dar un paso atrás para que los demás aprendan y crezcan.

Es preciso desprenderse de temas prescindibles y de aquellos que otros son capaces de hacer, para poner foco en la estrategia y en cultivar las relaciones, mostrando respeto y reconocimiento al trabajo realizado por los demás.

Si te sientes identificado con lo relatado, ¿Qué sientes que puedes cambiar?

acción

Intención o compromiso. La diferencia radica en la Acción

Intención y Compromiso. Dos palabras que parecen tener significados similares, pero la diferencia entre ellas es abismal.

Cuando hablamos de intenciones hablamos de algo que está en nuestra mente y puede cambiar. Algo que te propones hacer o quieres lograr. Es una esperanza, un deseo.

El compromiso es algo firme, es algo que has de cumplir (una promesa, una obligación) que implica llevar a cabo una acción en un tiempo y forma determinados. Precisa establecer un plan que te permitirá alcanzar tus metas y objetivos.

En la vida, uno puede tener las mejores intenciones y, sin embargo, no alcanzar nunca sus compromisos. Para ello, es imprescindible establecer un plan de acción.

Nuestras ilusiones nos llevan a tener intenciones. Se suceden en nuestra cabeza unas a otras como parte de nuestros sueños que dejamos escapar. El compromiso es algo más profundo que implica tener un plan sólido de ejecución. Para que exista compromiso hemos de asegurarnos que cumpliremos con lo deseado en un momento concreto, en un plazo pactado. Formará parte de nuestra agenda.

¿Cuántas veces nos hemos planteado hacer cosas y no hemos cumplido?

Por ejemplo, captar nuevos clientes para poder alcanzar los objetivos establecidos y consolidar el negocio. Nuestra intención es la de llamar a esos nuevos clientes para presentarles nuestra propuesta de valor diferencial para ellos. Sin embargo, van pasando los días, las semanas, los meses, y a pesar de visualizar a esos clientes, no hemos avanzado. ¿Qué ha fallado? ¿Hemos establecido un calendario de llamadas? ¿Hemos fijado visitas? ¿Lo hemos agendado?

Si se queda en una intención, es casi seguro que no va a suceder. Las intenciones se convierten en pequeñas ilusiones que me dan tranquilidad en el momento y que se dilatan en el tiempo.

Los compromisos tienen una relación directa con la consecución de resultados, con el cumplimento de mis objetivos.

Cuando establezcas tus retos, asegúrate de que se establecen como compromisos y no como simples intenciones.

Te invito a seguir 6 pasos que te ayudarán a pasar de tus pensamientos a la acción:

  1. Ten un fin en mente. Ten siempre presente a lo largo del proceso el reto que deseas alcanzar.
  2. Ten consciencia de que para que haya compromiso ha de haber un plan de acción.
  3. Establece un plan en donde incluyas pequeñas acciones que sepas que seguro las vas a cumplir. Es mejor comprometerse a hacer una llamada al día a nuevos clientes que decir que harás 5 sabiendo que no sería realista.
  4. Utiliza el calendario para calendarizar tus acciones. Si un día no cumples, no dejes de avanzar. Recupera lo ya vencido o reformula tu objetivo. Quizás era muy ambicioso.
  5. Ten confianza En mi post anterior hablaba de cómo generar confianza (link). Una persona confiable es aquella que cumple con su palabra, la que hace lo que dice que va a hacer. (Honra tus palabras – 4 acuerdos Luis Ruiz). Para que los demás confíen en ti, primero has de confiar en ti mismo.
  6. Déjate ayudar. Apóyate en las personas que puedan contribuir al logro de tus objetivos. Por ejemplo, compañeros que realizan la prospección de clientes con un éxito.

Para seguir adelante con mi propósito, deberé pasar de la intención al compromiso.

Imagina aquella carrera a la que te quisiste apuntar, aquel MBA que necesitas hacer para progresar en tu carrera profesional, las clases de inglés que no tienen lugar. ¿Qué es lo que está fallando? ¿Cómo puedes hacerlo realidad?

Tomando el caso del MBA, para dar el paso, imagina el resultado que obtendrás al final. Establece pequeñas acciones que lo harán realidad: conéctate a internet, busca la página de registro, calendariza los días que van a requerir tu presencia y horas de dedicación. Anótalo en tu agenda. Apóyate en otras personas que sabes que tuvieron una experiencia de éxito.

Tomar esta decisión puede tomarte un par de minutos. Sin embargo, el resultado que obtendrás será tremendamente satisfactorio.

En este ejemplo, la diferencia entre la intención y el compromiso puede estar en tu progresión en tu carrera profesional.

Seguro que cuando hayas realizado tu compromiso sentirás una gran satisfacción. Alcanzar tus metas en la vida es algo que nunca vas a olvidar.

¿Qué puedes lograr de aquí a final de año si te comprometes a hacerlo?